Para malos hábitos vestirse es un gesto íntimo, un pequeño acto artístico que acompaña tus propios ritmos. Cada prenda es una segunda piel, pintada a mano, pensada con cuidado y creada para abrazar la vulnerabilidad y la imperfección.
Celebramos lo que el mundo llama “mal hábito”: pausar, equivocarse, explorar, detenerse a sentir. Cada trazo, cada color, cada textura cuenta una historia que no se repite; aquí, la ropa no es solo ropa, es refugio, manifiesto y memoria.
No seguimos tendencias ni prisa industrial. Creamos piezas únicas donde la intención, el gesto y el detalle se convierten en un diálogo entre tela y piel. Vestirse con Malos Hábitos es un performance íntimo, un acto consciente que transforma lo cotidiano en extraordinario.
